viernes, 10 de julio de 2009

Introducción


Esta investigación consiste en un análisis general de la producción cinematográfica desarrollada hasta la actualidad en la República de Panamá. Se procederá a analizar este corpus en relación al marco político, cultural y legal para comprender las problemáticas de la producción cinematográfica de este país; por medio de una mirada crítica como fundamento de una industria cinematográfica en pleno nacimiento. A lo largo de la historia panameña, la cinematografía ha aparecido de forma esporádica, tanto como una práctica artesanal como un cine irregular, dentro de un mercado pequeño y poco desarrollado, en el cual es difícil alcanzar la retribución que requiere un emprendimiento cinematográfico. En cuanto a las políticas implementadas en el sector cinematográfico, se evidencia una decidía por parte del Estado, un Estado que desde su independencia estuvo condicionado a la dependencia, un Estado caracterizado por ser corrupto e incapaz de concebir la importancia de un cine propio como parte de la cultura y la identidad nacional, que fue desvirtuada paulatinamente por décadas de penetración cultural. A pesar de esto, y debido a un esfuerzo de pioneros como Carlos Aguilar, Luís Pacheco y el difunto Anel Rodríguez, entre otros, en la última década, se han producido logros fundamentales que intentan establecer una industria cinematográfica nacional estable; tales como, la unificación del gremio bajo la Asociación Cinematográfica de Panamá (ASOCINE), la integración del país a programas internacionales para el fomento del audiovisual y la sanción de una nueva legislación para el fomento del audiovisual. Para un análisis más profundo, estos esfuerzos no llegan a ser suficientes para alcanzar la meta establecida, que demanda un mayor compromiso, y sobre todo, un cambio de concepción en la participación del Estado y del sector privado.

Como un panorama general sobre el cine panameño, muestra un período clásico tardío de tan solo dos melodramas en la década de los cuarenta, y una búsqueda moderna de un cine de autor por el grupo Cine Ariel sobre los últimos años de la década de los sesenta, una gran producción de documentales durante los años setenta, que retrataron la lucha por la recuperación del Canal y apoyaba la lucha revolucionaria en otros países del continente. Se aborda también la democratización del audiovisual, dada en primera instancia por los soportes electrónicos, el cual conllevó nuevas manifestaciones audiovisuales y diversas experimentaciones con el lenguaje del video. En segunda instancia de esta democratización, sobre esta última década, surge una generación de directores que se han beneficiado del desarrollo de las nuevas tecnologías audiovisuales, las cuales han permitido alcanzar de estándares más altos de calidad.

La relevancia que implica una revisión de la problemática del cine panameño, recae directamente en la importancia de superar los factores que dificultan el desarrollo de una industria propia y estable, que se debate entre un mercado muy acotado y una infraestructura limitada proveniente de capitales extranjeros, ubicada únicamente en los grandes centros urbanos. Lo referido al tema de la distribución del cine nacional, se aborda en el capítulo segundo de la ley No. 36 del 19 de julio de 2007, en el que se crea la denominada cuota de pantalla. Sin embargo, no se encuentra contemplado ningún plan de distribución, y tampoco el desarrollo de un circuito alternativo, lo que obliga al cine nacional a competir directamente con industrias extranjeras multimillonarias, destinándolo al fracaso y limitando el desarrollo del mercado audiovisual interno para su mejor aprovechamiento.

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