viernes, 10 de julio de 2009

Contexto histórico de la República de Panamá

La historia de Panamá está surcada por diversos factores, tanto sociales como geopolíticos. En lo referido al aspecto social, su población no tenía una vinculación directa con las grandes civilizaciones ancestrales, y por lo tanto el patrimonio de este período recae sobre poblaciones nativas que fueron perdiendo influencia en el desarrollo de la historia. En cuanto al aspecto geopolítico, el istmo de Panamá cobró importancia al convertirse en un paso estratégico entre los dos océanos, y por constituir la única unión de dos masas continentales americanas. Su ubicación por lo tanto, le permitió desarrollarse como un paso propicio para el comercio. En la época colonial, desde esta ruta comercial partían riquezas y arribaban esclavos, factores que provocaron ataques de corsarios y de piratas. Un claro ejemplo fue el ataque en el Caribe de Sir William Drake a Portobelo en 1596, o el saqueo de la primera Ciudad de Panamá efectuado por Henry Morgan en 1670, desde el Pacífico.

Ya para el siglo XIX, su ubicación era de vital importancia para la Corona Española, y por lo tanto significó un revés para los intentos separatistas, que se fueron sucediendo. Su territorio fue escenario de la reorganización de las tropas realistas que intentaban contener en el sur el avance de las tropas de Simón Bolívar y Sucre sobre Quito. En 1821, el Capitán General Juan de la Cruz Murgeón, parte con una expedición hacia la costa de Esmeraldas, transfiriendo el mando del ejército realista en la Ciudad de Panamá al General José de Fábrega, criollo oriundo de Panamá, lo cual despertó en los istmeños la esperanza independentista. El 10 de noviembre de ese mismo año en la localidad de Villa de los Santos, se organiza el primer levantamiento independentista, allí es donde se proclama por primera vez la panameñidad en el grito inmortal de la heroína Rufina Alfaro. Este movimiento se propagó por todo el territorio en complicidad del mismo General Fábregas, y con apoyo económico del clero y de sociedades independentistas. El avance de los separatistas llegó hasta la Ciudad de Panamá, en la cual el 28 de noviembre, el Ayuntamiento convocó a un Cabildo Abierto, y en un acto solemne, en presencia de las autoridades militares, civiles y eclesiásticas, se declararon rotos los vínculos que ataban al Istmo de Panamá con España. Este acto formal de independencia, conformaba el nuevo territorio pero dejaba al descubierto la fragilidad del mismo, por lo que se propone la unión con algunas de las nuevas naciones americanas, entre ellas los vecinos de la Unión Centroamericana y la nación del Perú, que había sido el principal socio comercial del Istmo en la época colonial. Sin embargo, los patriotas panameños admirando el liderazgo y la visión integradora del Libertador Simón Bolívar, toman la decisión de unirse a la Gran Colombia, conformada por lo que hoy es Colombia, Venezuela, Ecuador, lo que luego costaría con creces “recuperar”. Sin embargo el istmo se manejó de una manera autónoma, ya que las grandes distancias y obstáculos naturales le impedían a Bogotá ejercer un poder efectivo en la zona.

En 1830 se produce la primera Separación de Panamá de Colombia, cuando la Gran Colombia, atravesaba un caos político debido a la separación de Venezuela y Ecuador. Durante el resto del siglo XIX ocurrirán 17 intentos de separación y 3 separaciones declaradas con un posterior reintegro a Colombia.

Sobre la mitad del Siglo XIX, el territorio de Panamá recobró importancia gracias a la fiebre del oro en California, que produjo la migración de viajeros de todo el mundo y que planteaba al istmo como la vía más corta y factible entre el este y el oeste del continente, haciendo retomar la idea de la construcción de vías de comunicación como canales y ferrocarriles para el paso de mercancías y pasajeros. Lo que llevaría luego al convenio Paredes-Stephens, en el cual el gobierno de Bogotá negoció los derechos para la construcción y administración del ferrocarril por parte de los Estados Unidos en territorio panameño. Hecho que lleva a la inauguración del Ferrocarril de Panamá por parte del presidente de Nueva Granada, el panameño José de Obaldía, el 28 de Enero de 1855 y que constituía a la Ciudad de Panamá como la primera gran metrópoli que tuvo Colombia.

En 1874 el ingeniero francés Ferdinand de Lesseps, que había diseñado y construido el Canal de Suez, proyecta en el istmo de Panamá la construcción de un canal interoceánico, que permitiría evitar el Estrecho de Magallanes como ruta comercial entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico. La obra se financia con la ganancias de su proyecto anterior y por medio de la venta de acciones, e implicó un afluente de obreros provenientes de China, las Antillas, África y Europa. Sin embargo Lesseps había concebido este canal de acuerdo a las proyecciones del anterior, por lo que no tuvo en cuenta las condiciones ambientales adversas, que afectaron tanto a la maquinaria como a los obreros, y que sumado a la idea de un canal a nivel, en lugar de implementar esclusas llevaron al emprendimiento francés, luego de diez años, 1.400 millones de francos y una pérdida de vidas humanas cercana a los 20.000 muertos, al fracaso. Este rotundo revés devino en un escándalo en París y la empresa fue intervenida y liquidada. Ante la oportunidad, el afamado banquero John Pierpont Morgan y su colaborador, el abogado William Nelson Cromwell, compraron la quebrada compañía francesa del canal por un valor de cuatro millones de dólares, con el propósito de venderle el proyecto al Gobierno de Estados Unidos, lo cual consiguieron hacer por la suma de cuarenta millones dólares. En enero de 1903 se firma el Tratado Herrán-Hay entre Estados Unidos y Colombia con la finalidad de empezar la construcción del canal en territorio istmeño. Sin embargo el 12 de agosto de ese mismo año el senado colombiano exige la suma de 40 millones de dólares para ratificar el tratado, el cual concedía los permisos. El gobierno norteamericano optó entonces por una segunda opción que los llevó a apoyar a la causa panameña independentista, y les permitiría de esa manera, negociar con un nuevo gobierno en desarrollo y necesitado de fondos. Con este aval militar por parte de los Estados Unidos José Agustín Arango, político burgués istmeño, empezó a trabajar en secreto en la preparación del movimiento separatista. Una junta revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para planificar una revolución destinada a consolidar la separación del Istmo de la soberanía colombiana y negociar directamente con Estados Unidos la construcción del canal. La red conspirativa estaba conformada por el propio Arango, por el médico Manuel Amador Guerrero, el militar y General del ejército colombiano Nicanor de Obarrio, y por otros integrantes de la sociedad como Ricardo Arias, Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena, Tomás Arias y Manuel Espinosa Batista. La parte operativa y de mayor riesgo, quedó en manos de Manuel Amador Guerrero, quien obtuvo el apoyo de importantes jefes liberales, en especial, el crucial apoyo del Comandante Esteban Huertas, así como de Estados Unidos a donde viajo repetidas veces en busca de apoyo para la causa.

La desconfianza de Bogotá se hizo presente cuando un nuevo destacamento colombiano al mando del General Juan B. Tovar, intenta desembarcar en el istmo para reemplazar al General Esteban Huertas. Ante esta amenaza a los planes separatistas, el Comandante John Hubbard del buque norteamericano "Nashville", que por ese entonces se encontraba ubicado en las aguas del puerto de la Ciudad de Colón, retrasó el desembarco de las tropas colombianas mediante amenazas y procedió a impedir el transporte de tropas a la Ciudad de Panamá, bloqueando el ferrocarril, compañía que formaba parte del capital estadounidense. Como resultado de esta acción, el General Juan B. Tovar resuelve viajar sin sus tropas a la Ciudad de Panamá, donde el General Esteban Huertas efectúa su arresto. Las tropas colombianas ahora con su general en prisión y ante una posible intervención militar norteamericana se ven obligadas a retirarse. El panorama se veía prometedor para el movimiento separatista que el 3 de Noviembre de 1903 proclama la independencia de la República de Panamá.

En esta guerra muere un chino y un burro, víctimas de las andanadas de una cañonera colombiana, pero no hay mas desgracia que lamentar. Manuel Amador Guerrero, asume como primer Presidente de Panamá, y desfila entre banderas de los Estados Unidos, sentado en un sillón que la multitud lleva en andas. Amador va echando vivas a su colega Roosevelt (Galeano, 2006).

Luego de la celebración de independencia se forma una delegación con rumbo a Washington, destinada a la negociación para la construcción del canal interoceánico. Al arribar a Estados Unidos la delegación encuentra el tratado firmado, ya que el francés Philippe Buneau Varilla, ex accionista de la empresa canalera y como embajador ilegitimo de Panamá, había firmado un convenio, para luego escapar con sus honorarios. Este tratado obtuvo el nombre de Hay-Bunau Varilla y obtuvo la ratificación por parte de la delegación luego de fuertes presiones por parte del entonces presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt. Este convenio, firmado ilícitamente y ratificado por medio de amenazas, era a perpetuidad y le permitía al gobierno estadounidense la instalación de bases militares en suelo panameño, asegurando así el control canal y una parte del territorio, siguiendo las políticas impuestas por la doctrina Monroe, la cual se sintetiza en la frase América para los americanos. La influencia de Estados Unidos en Panamá no se limitó solamente al territorio físico, ya que manejaba los aspectos políticos tras el velo de una oligarquía obsecuente, que inclusive alababa intervenciones militares y de inteligencia, que forjaron la historia oficial de Panamá del siglo XX. Eduardo Galeano (2006) se refirió a la independencia de Panamá como ¨…el primer acto de imperialismo Norteamericano en América Latina

Un campo es un sistema específico de relaciones objetivas, que pueden ser de alianza o de conflicto, de competencia o de cooperación, según las distintas posiciones ocupadas por los distintos agentes sociales… En cada campo existen diferentes bienes que están permanentemente en juego: económicos, culturales y sociales. (Castón, S. D.)

En Latinoamérica en general existe una fuerte influencia de Europa y Estados Unidos, una herencia de los próceres desde la consolidación de los estados nacionales, desde entonces los países latinoamericanos tomaron como modelo al mundo industrializado, la revolución francesa, la ilustración y el academicismo para forjar nuevas identidades nacionales. En el caso de Panamá, esta influencia fue mayor debido al factor geográfico, por la condición como lugar de paso e importante centro comercial, pero sobre todo por la condición de ocupación y dependencia a la que estuvo sujeta sobre los últimos dos siglos. En el siglo XIX, el eje central de la identidad istmeña yacía en la lucha por la separación, en las aspiraciones y los sueños de los panameños de crear una nación independiente de Colombia. Esta identidad, que se forja a partir de la lucha con una fuerza foránea, persiste en el trasfondo de la vida republicana a partir de la ocupación estadounidense. Es primordial destacar que antes de los planes norteamericanos sobre esta franja de tierra, existían ideales de país autóctonos como la guerrilla que libraba Victoriano Lorenzo, líder indigenista, el cual fue ejecutado injustamente pues sus ideales no cabían en este otro país que se proyectaba. Como consecuencia de estos actos la separación de la República de Panamá estuvo condicionada al dictamen de los Estados Unidos, por ende los verdaderos padres de la nacionalidad panameña poco tuvieron que ver en la construcción de la nueva nación. Esta se construyó dentro de un fuerte campo de poder, impuesto antes de que el cine se popularice y que apareciesen los medios masivos, desde diversos patrones ideológicos que portaban un falso nacionalismo y la adopción del Dólar norteamericano como divisa oficial desde 1904, entre otros. En 1907 personalidades como Luis De Roux y Eusebio A. Morales ya se referían a la carencia de una concepción patriótica y alto grado de mercantilismo de una gran parte de la dirigencia política de esa época, precursores de una oligarquía que utilizaría para su beneficio las ventajas geopolíticas del istmo.

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